Antes de que llegara Contra a alegrarme los días, decidí amargar mis navidades de manera gloriosa con el increíble quinto álbum de Liars, Sisterworld. El grupo es asiduo a lugares oscuros, pero para esta entrega cambian su glorioso ruido por nuevas y aterradoras atmósferas. Tomen por ejemplo la decadente “Here Comes All The People” con sus aterradores violines, desolador piano y apocalíptica guitarra. Ahora imagínenla a la luz de colores del árbol de navidad.
Trabajando con el compositor Tom Biller, pupilo y colaborador del genial Jon Brion, el grupo de Brooklyn/Berlín nos da un disco que no podría ser más distinto al energético disco homónimo anterior. Aquí todo es más tranquilo, como destilado del The Drift de Scott Walker, pero sin perder el afán por experimentar. Y sí, se trata de un disco oscuro, pero canciones como “I Still Can See An Outside World” muestran juegos vocales nuevos, parecidos a TV On The Radio, que son más que bienvenidos. Y esa es la mayor virtud del grupo: no se cansan de sorprender.
En general se trata de otra sólida entrega de Liars, uno de esos grupos que resulta más fácil admirar que querer. Aunque he de admitir que con Sisterworld los admiro igual, pero los quiero un poco más.
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