
Bon Iver (“buen invierno” en francés), es un saludo, una celebración, un sentimiento. Con sólo sus memorias, su guitarra y su voz (cantando la mayor parte del disco en falsete) Justin Vernon crea 9 canciones en un ambiente íntimo y solitario. La mayoría de los arreglos son bastante sencillos, permitiendo que el disco fluya de principio a fin.
En ocasiones Vernon ha sido comparado con Iron & Wine y Tunde Adiebimpe de T.V. on the Radio, pero Bon Iver en su totalidad tiene mucho más que ofrecer que lo que uno podría pensar cuando escucha por primera vez el disco.
Aunque nuestro invierno no se puede comparar con el que acompañó a Vernon al hacer este disco, vale la pena escucharlo en esta época. Sin duda alguna una de las sorpresas de este 2007.
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