No suelo interesarme mucho en discos nuevos, sin embargo de repente llegan discos los cuales me suenan a algo completamente nuevo, lo cual siempre me llena de miedo y duda porque me hacen sentir que no se lo suficiente de musica como para darme cuenta de que ni es tan nuevo ni tan innovador, y en estos tiempos donde el 90% de la musica es referencial es muy difícil escuchar algo único.
Lamento decepcionarlos pero este no es un disco inreferenciable, a final de cuentas suena a una mezcla entreThe Art of Noise, Architecture in Helsinki, The Golden Path (si la canción de los Chemical Brothers),Talking Heads, y lo mas artsy de la DFA (lo cual suena a Talking Heads), lo cual es coherente tomando en cuenta que el disco es de la disquera de Murphy/Goldsworthy, sin embargo es un disco que logra fusionar perfectamente sus influencias logrando un sonido alejado de las modas predecibles disco/house/punk que han plagado la musica bailable los últimos años.
Jona Bechtolt quien fue parte de The Blow y ha sacado discos como YACHT desde el 2002 ahora incluye aClaire L. Evans lo cual a mi parecer era el elemento que faltaba para que esta banda hiciera musica que mas haya de interesante, propositiva y virtuosa fuera memorable, accesible y sobre todo divertida, los cuales no son adjetivos que busque en mi musica pero en este caso los primeros 3 siempre han ido de la mano con Jona Bechtolt y sus múltiples proyectos y colaboraciones.
No se si los maestros Murphy/Goldsworthy se metieron en la producción de el disco, pero suena a que si, tiene los platillos que han definido el sonido de DFA escondidos en un par de tracks, esto obviamente hace que el disco tenga momentos en los que es imposible mantenerse quieto y esto con unas letras inteligentemente absurdas que capturan perfectamente un momento en la historia donde el misticismo y lo etéreo parecen ser los únicos lugares donde se puede escapar de una realidad aburrida… de lo cual el disco abiertamente habla también. Quizás mi único problema con el disco es que varias de las canciones parecen terminarse en su mejor momento, lo cual a momentos me parecería como que no supieron adonde mas llevarla, pero estoy siendo muypicky.
Aunque no es un disco tan perverso como The Knife, en momentos me recuerdan a los suecos no solo en la producción y el proceso de la voz (lo cual tiene mas que ver con The Art of Noise) sino en que al escuchar su musica por mas divertida que esta parezca, siempre me dejan una sensación en las entrañas de que hay algo demoníaco divirtiéndose debajo de todos los procesos, ruidos, guitarras, bajos, beats y sintetizadores. Definitivamente uno de mis discos favoritos del año.
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