Es la primera vez en la vida que uno de mis directores de cine favoritos no saca película nueva en el año y de todos modos se las ingenia para hacerme feliz con su producto creativo. David Lynch ha tenido un año un tanto prolífico; ya sea reuniendo a los Beatles restantes para su concierto en pro de la meditación, o trabajando en el Dark Night of the Soul con Danger Mouse y Sparklehorse (uno de los discos protagonistas del año). No olvidemos también su Interview Project, una serie de entrevistas a “sujetos comunes” las cuales ha ido acumulando en su sitio web, y son en mi opinión uno de los proyectos fílmicos más exitosos del año. No se lo pierdan por nada del mundo aquí.
A todo esto ahora hay que sumar Fox Bat Strategy, un proyecto en el que se reúne con una serie de músicos con los que ha trabajado en sus películas y al mismo tiempo rinden tributo a uno de ellos: Dave Jaurequi, quien falleció en 2006.
El disco suena como el soundtrack de una película de Lynch que no existe. Increíbles baladas que parecen pertenecer a un rock de antaño, ahogadas en una serie de texturas sonoras que parecen pertenecer a los rincones más oscuros de un suburbio americano. Citas a Roy Orbison y Salvador Dalí por igual, que se encuentran con sus experimentos auditivos pertenecientes a otro planeta. Sus letras están plagadas de sueños e imágenes que embrujan. Todo envuelto en un paquetito de terciopelo azul.
Lo curioso es que los fans de Lynch sabrán como se escucha este disco por el simple hecho de conocer sus películas. Está bañado en sus obsesiones y fetiches. Es indiscutiblemente 100% Lynch. Y no encuentro mejor razón para que lo escuchen de inmediato.
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