51- Deerhunter – Microcastle (2008)
Bradford Cox es el adolescente atormentado de nuestra era, y con Deerhunter construye un pastiche modernista lleno de ideas insospechadas. Del mismo modo Microcastle es una especie de emblema de nuestro consumo musical: un disco que el mundo escuchó antes que el artista diera a conocer su existencia, que inundó generosamente nuestros audífonos meses antes de su lanzamiento.
52- Glen Hansard & Markéta Irglová– Once (2007)
Independientemente de ser el mejor soundtrack de la década para una de mis películas favoritas de la década; evaluando Once como disco te das cuenta lo bien que se sostiene por si solo. Un álbum melancólico que suena desnudo e inigualablemente honesto, no es la banda sonora de una película, sino de dos personas enamorándose, dejando entrar una cascada de sentimientos y postrándose firmemente en nuestros corazones.
53- Beirut – Gulag Orkestar (2006)
No llamaría a Zach Condon un prodigio, pero si un virtuoso que escasos años viajó a los Balcanes y, como un niño huérfano, se dejó adoptar por su sonido. Con oído receptivo, trajo un montón de trucos bajo la manga y los puso en disco. La suma de influenzas dan como resultado una voz única, que se las ingenia para sonar como un producto musical de antaño y al mismo tiempo un sonido enteramente nuevo. Creó un nuevo tipo de contradicción.
54- Destroyer – Destroyer’s Rubies (2006)
Dan Bejar es el lado oscuro del pop canadiense. En donde sus compañeros de New Pornographers son modernos arquitectos, el tiene alma barroca. Destroyer’s Rubies es un perverso laberinto, lleno de letras que gloriosamente pecan de complejas y una voz que es más narrador que cantante. Diez historias ambiguas pero siempre resonante, y un disco generoso en el que, si se tiene la voluntad, uno se puede perder horas, encantado.
55-Animal Collective – Feels (2005)
Fueron muchos los discos, las horas y los experimentos detrás de Feels, que ayudaron a Animal Collective a construir una de las voces más singulares y tremendamente originales de la década. Fue hasta aquí que todo adquirió conciencia y unidad, dando como resultado un disco que casi dio un género en si, influenciando a una oleada de artistas por venir y rompiendo las expectativas sobre los lugares a los que la música nos puede llevar.
Primera parte. Segunda parte.
Y es así que llegamos a la primera mitad de la lista. Espero que hasta ahora, con todo y el montón de discrepancias en los comentarios, se estén divirtiendo siguiéndola tanto como yo haciéndola. No olviden checar el progreso aquí y nos vemos la próxima semana.
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