Hace mucho tiempo, los críticos eran una profesión temida por los artistas. Un crítico podía ser responsable por destruir o crear la carrera de un músico, cineasta o demás. Sin embargo con los años la profesión se ha devaluado y con el Internet cualquiera es un crítico. La excepción a la regla es Pitchfork, que con su poderoso “Best New Music”, pueden hacer que las ventas de un disco despunten de la noche a la mañana. A veces estos BNM son obvios (animalcollectivedirtyprojectorsgrizzlybear por ejemplo), otras prefiero ignorarlos (nunca me gustó Cymbals Eat Guitars). Pero en contadas ocasiones apuntan a un verdadero tesoro escondido. Y ese es el caso del segundo álbum de Bear In Heaven, Beast Rest Forth Mouth.
Desde la espectacular cascada de percusiones de “Beast In Peace” me encontré enganchado con el disco. Se trata de un trabajo generoso, con una amplia paleta sonora, que por momentos rescata los tics de grupos comoAnimal Collective o Yeasayer, para después esconderse en un abrigo disco, en canciones como “Wholehearted Mess”, que los hermanan con algo más sobre la línea de Music Go Music.
El álbum da muchas vueltas para llegar de la primera canción a la última, y mucho del placer de escuchar el disco es cómo el tracklist juega con tus expectativas. Pese a todas las comparaciones, sí hay un grupo al que me recuerda mucho es a Besnard Lakes. No son necesariamente parecidos, pero el mood del disco es muy similar. Es generoso y ambicioso, sin temor a sonar épico; pero al mismo tiempo alberga cierta delicadeza y ternura, creando un verdaderamente lindo contraste. Sus mejores momentos, como “Dust Cloud”, son en verdad espectaculares.
Pitchfork hoy día es casi como un adjetivo despectivo. Como una etiqueta hipster de la que muchos se quieren alejar. Yo muchas veces concientemente lo hago. Pero con este disco no lo pude evitar. Es de lo mejor que he escuchado en el año.
Imprescindible 2009. Click en el título para bajar.
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