St. Vincent - Actor

by Rotch

Está empezando a suceder algo curioso. Están empezando a salir los discos nuevos de muchos de los artistas que cubrimos al inicio del blog hace más de un año. Tal es el caso de Annie Clark, mejor conocida como St. Vincent. Su debut, Marry Me, fue uno de mis personales favoritos del ’07, y escribí sobre el en mi segundo post del blog para más tarde incluirlo en mi top ten del año. Es un disco que es un particular consentido, y St. Vincent es una de las voces más recurrentes de mis indulgencias musicales. No es de extrañarse entonces queActor se encontrara entre mis discos más esperados del año.

Para este segundo álbum Clark nos da una dosis de todos los ingredientes que hicieron de su primer trabajo algo mágico: sus letras dulces y llenas de ingenio con un toque de ironía, su voz particular e inconfundible, frágil y fuerte al mismo tiempo; la elegancia al escoger los músicos que la acompañaran, en esta vuelta incluyendo a McKenzie Smith y Paul Alexander de Midlake y a Alex Sopp, colaborador de Björk y Phillip Glass.

Actor funciona como una especie de soundtrack imaginario que Clark compone para muchas de sus películas favoritas. Estas canciones nacen como un score imaginario para escenas de cintas como Badlands, Picnic at Hanging Rock y algunos clásicos de Disney como La Bella Durmiente y La Dama y el Vagabundo. Este concepto le da cierto aire de teatro al disco, generando un serie de imágenes en tu cabeza al escucharlo. Falta oír el coro con el que inicia el primer sencillo “The Strangers” e inmediatamente se sentirán bañados en el glorioso technicolor de las primeras cintas de Disney.

En mi tercera vuelta por el disco resalta inmediatamente la relajada “Save Me From What I Want”, la peculiarmente adictiva “Laughing With A Mouth Of Blood” y la esquizofrénica “Marrow”. “The Sequel” cierra el disco con un aíre de ambigua dulzura que se encuentra dentro de lo más preciosista que nos ha dado Clark.

Actor es el tipo de álbum en el que me puedo perder durante horas. Lleno de detalles y cargado de sorpresas con cada vuelta. En mi pequeño universo St. Vincent es lo que en el mundo real es Feist o Cat Power, una voz femenina perfecta e incomparable, llena de imaginación y originalidad. Nada personal en contra de las artistas citadas, pero prefiero la voz que ahorita se encuentra dentro de mi cabeza.

Imprescindible 2009. Click en el título para bajar.